2 de diciembre de 2009

La música no desaparecerá en cinco años

Con este artículo, el blog salmón se hace eco de la fuerte reconversión a la que está obligada la industria discográfica actual.

Esta entrada viene a cuento de la noticia sobre la ley anti-descargas que se refleja hoy en la prensa (link3, link4)

De la misma manera, Enrique Dans se hace eco de la misma noticia en su blog, llegando a hablar de "involucionismo digital".

De hecho, el asunto se ha incluído "in extremis" en el anteproyecto de la ley de economía sostenible, y a posteriori de haber sido aprobado por el consejo de ministros.

Y yo, pardillo de mí, licenciado en químicas en la época del "boom" del medio ambiente, y ahora informático de pasión y profesión, me pregunto: ¿qué tiene que ver esto de la economía sostenible con las descargas P2P?

A mi esto de la economía sostenible me sonaba hasta ahora a medio ambiente, consumo responsable, etc., etc. Pero parece ser que se trataba de sostener la economía de la industria musical.

Ya escuché hace varios años a Ramón Trecet hablar del tema en su programa Dialogos 3, ya desaparecido. En su tono habitual comentaba que hace más de 100 años los músicos no vivían de vender discos, sencillamente porque no existían los discos (ni gramófono, ni vinilos, ni cassettes, ni nada), y se dedicaban a vivir de sus conciertos.

Actualmente, muhos músicos están volviendo a ganar más con sus conciertos que con sus discos, como hemos comentado en una entrada anterior.

Y si no, que se lo pregunten a Les Luthiers, y porqué sin vender casi ningún disco en España, llenan cada 2 años TODAS las funciones que realizan, llenando en Madrid el Palacio de Congresos y Exposiciones ¡¡durante un par de meses!!.

Otro caso, ¿alguien podría mencionar cuantos discos han sacado en los últimos años Hombres G (tienen incluso TV propia) o Joan Manuel Serrat? En ambos casos de lo que estoy seguro es de que siguen dando conciertos, y muy buenos.

Para mí está claro, la industria musical debe reconvertirse, como le pasó a la industria del acero en los años 80. Para los que vivimos en Madrid, el placer de disfrutar de un concierto en directo en cualquiera de los locales de la capital (imposible hacer una lista medianamente corta), nunca se podrá comparar con cualquier disco, por muy bueno que sea.

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